Hace unos días me había guardado un artículo sobre las marcas DTC (Direct To Consumer – ofrecen sus productos o servicios directo al consumidor, normalmente online, eliminando los intermediarios y brindando una experiencia de compra más conveniente y personal a sus clientes-). No lo había leído, lo tenía bien guardadito para dedicarle un rato. Ayer me lo leí detenidamente y no sé si es demasiado pesimista, pero da algunas pinceladas interesantes.
El artículo en inglés titula «Buzzy DTC Brands Are Getting a Major Reality Check»
y subtitula
Record inflation, supply chain woes, and shifting consumer priorities have thrown a wrench in the overzealous growth plans of viral direct-to-consumer brands like Peloton. Have these factors sounded the death knell?
algo así como
Las marcas DTC están recibiendo una importante revisión de la realidad (no sé si tiene sentido en Español) 🙃
La inflación récord, los problemas de la cadena de suministro y las prioridades cambiantes de los consumidores han arruinado los planes de crecimiento demasiado entusiastas de las marcas virales directas al consumidor como Peloton. ¿Han sonado estos factores como una sentencia de muerte?

Antes del Covid salían marcas DTC muy fuertes, principalmente en EEUU, como Warby Parker, Peloton, Allbirds, Casper o Glossier. Marcas con un componente de marketing y de frescura en su comunicación que las hacía novedosas y atractivas para los consumidores. Crecían como la espuma y todas empezaban a probar el canal físico como forma de acercarse a sus clientes y ganar confianza y mercado.
Llegó el Covid, los confinamientos y prácticamente la totalidad de las tiendas cerraron. El canal online tuvo un crecimiento espectacular 🚀. Toda la gente en casa sin poder salir a la calle y con mucho tiempo libre, hizo que las compras online se multiplicaran hasta niveles nunca antes vistos.
Pero los efectos más duros de la pandemia se suavizan y poco a poco todo vuelve a ser como antes. Podemos salir de casa, abren las tiendas, restaurantes y cines. Y podemos volver a viajar, a movernos libremente o a salir el fin de semana. El cambio de paradigma es grande, porque volvemos a poder gastar el tiempo y el dinero en otras cosas y a la vez dedicamos, como es obvio, menos tiempo a comprar online.